Alhambra
Dominando la vasta llanura manchega, que se puede apreciar en su amplitud desde el cerro en que se sitúa el caso urbano, Alhambra, un municipio que posee su propia identidad, aunque a veces haya que aclarar que estamos hablando de un pueblo manchego, y no del espectacular complejo monumental de Granada.
Alhambra se erige como un testimonio viviente de la historia y cultura de La Mancha. Su patrimonio arquitectónico nos narra cuentos de épocas pasadas, con la Iglesia Parroquial de San Bartolomé y las tradicionales casas manchegas, que evocan la sencillez y calidez de sus habitantes. Las ruinas del Castillo de Alhambra, aunque silente, susurran historias de los pueblos que aquí han dejado huella.
Alhambra es historia de La Mancha y de la Península Ibérica
Los íberos crearon un poblado amurallado en el cerro. Después, los romanos convirtieron Laminium (así se llamaba en esos tiempos la población donde hoy se encuentra Alhambra) en un relevante punto comercial. También se han encontrado aquí restos visigodos, concretamente una necrópolis excavada en la roca.
Los árabes también participaron de la evolución de esta población con el Castillo de Alhambra, de posible origen Omeya, buena parte de su trazado urbano y con el nombre de la localidad, que en esos momentos era Alhamrah (tierra roja). Alhambra formó parte, ya en la edad media, de la Orden de Santiago. Hoy enmarcada en la comarca del Campo de Montiel, Alhambra es uno de los municipios que nos llaman la atención cuando viajamos por La Mancha, a las Lagunas de Ruidera, por ejemplo, que se encuentran muy cerca. No en vano, parte del parque natural está en término municipal de Alhambra.